El ritmo de la naturaleza

Empezar algo puede ser emocionante, inquietante, aterrador. Y aquí estamos, iniciando 2021. En honor a este nuevo comienzo, quiero compartirles algunas reflexiones sobre el inicio del año y una recomendación clave no sólo para 2021, sino para la vida: vivir a tu ritmo.

Parece un poco loco que el año calendárico inicie en la temporada de Saturno. ¿Por qué? Saturno se asocia (entre otras cosas) con el frío, el miedo, la duda, la culpa, la soledad, el aislamiento, las consecuencias de los actos.  ¿Por qué arrancar el año cuando hay restricciones, pesadez (física o emocional), limitaciones y cierta “desconexión”?

Foto de cmonphotography en Pexels

¿Por qué tendríamos que sentirnos decididos, resolutos, determinados, claros, alegres e imperturbables en el momento más (naturalmente) duro del año? Si ese fuera el propósito, tendría más sentido iniciar en el momento de Venus, el de Júpiter o el del Sol, ¿cierto?

Un momento. Las lunas nuevas, naturalmente asociadas a los inicios, se dan también en la ausencia de luz. ¿Cómo se relaciona esto con lo anterior?

Cuando empezamos el año –o cualquier otra cosa–, estamos ante la oportunidad de mirar sobre nuestros pasos, de mirar hacia adentro y reflexionar. Sin este ejercicio, pretender mirar hacia adelante, es puritito wishful thinking. Si el propósito no es celebrar, ni aventarse de cabeza a una nueva aventura, sino reflexionar de forma seria, meticulosa y responsable, pensando en lo que queremos cultivar a mediano y largo plazo, la eliminación de la distracción saturnina viene totalmente al caso.

Cada que hay un evento astrológico (léase, todo el tiempo) –mucho más si es uno “grande”, como la primer luna nueva del año, o la gran conjunción mil ocho mil–, es natural que muchas personas quieran saber “qué significa”. Me parece que muchas veces se pierde de vista que el significado se lo damos nosotros.

Foto de Sami Anas en Pexels

Desde un punto de vista astrológico, podríamos describir a la realidad como ciclos, dentro de ciclos, dentro de ciclos. La naturaleza tiene un ritmo y nosotros somos parte de la naturaleza, por lo tanto, tenemos nuestro propio ritmo.

Uno de los crímenes de la vida urbana es que al desconectarnos de la naturaleza, nos hizo olvidarnos que nosotros también somos parte de ella. La astrología es una herramienta que nos ayuda a recordarlo. 

¿Qué significa conectar con nuestro ritmo natural? Primero debemos considerar que hay ritmos sociales, colectivos, grupales y personales. Podemos enfocarnos en el ritmo de nuestra preferencia, pero en mi experiencia, es mejor idea empezar con uno mismo y de ahí extender. Si a ti te funciona de otra forma, está perfecto.

Suponiendo entonces que me quiero conectar con mi ritmo natural personal, ¿por dónde empiezo? Hay mil formas. Por ejemplo, leo con frecuencia que hay personas que se abruman por los tránsitos. Mi opinión es que si ya te abrumaste, necesitas cambiar tu enfoque.

Si lo que quieres es conectar con tu ritmo personal, mi recomendación es que NO uses los tránsitos para que alguien te diga:

  • Qué vas a pensar o sentir.
  • Qué tienes que hacer.
  • Qué va a pasar.

¿Cómo SÍ usarlos entonces?

  • Como un marco de referencia de hacia dónde podría ir tu experiencia.
  • Como una herramienta de análisis de lo que estés viviendo.
  • Como un recordatorio de que no tienes el control.

Tenemos muchas ideas sobre lo que deberíamos ser, lo que deberíamos hacer, lo que deberíamos lograr, lo que deberíamos demostrar, lo que deberíamos tener. Para conectar con el ritmo natural, necesitamos meter todas esas bonitas ideas en una cajita para después volver a ellas (quizá). Desde esta aproximación más fresca, podemos empezar a relacionarnos con la realidad, no desde la cabeza, sino desde el cuerpo: la entraña y el corazón.

Foto de Will Mu en Pexels

Más allá de los tránsitos, la herramienta fundamental para conectar con el ritmo personal es la carta natal misma. Hay personas que necesitan mucho movimiento, otras que necesitan espacio para concentrarse por horas en una sola actividad. La carta natal aporta información al respecto que cuando la integramos, nos ayuda a organizar mejor nuestra vida. “Mejor” no desde ningún parámetro externo, sino mejor de acuerdo con nuestras particulares necesidades.

A alguien mutable puede irle bien el piggybacking, trabajar por proyecto o el trabajo colaborativo; a alguien fijo puede irle mejor con un método Kanban, trabajando solo o en project management; a alguien cardinal quizá le funcione más planear, dirigir o desarrollar estrategia.

Entender a mayor profundidad tu carta natal te ayuda a entender mejor tus ritmos naturales y tus necesidades, especialmente si ese entendimiento va acompañado de la observación atenta, honesta y valiente de tu experiencia y la retroalimentación que recibes de la realidad.

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